Francisco Javier Guerrero durante su comparecencia ante la comisión (Efe).
Ni “putero”. Ni “drogadicto”. Ni “comprador de porros”. Francisco Javier Guerrero negó ayer en la comisión de investigación de los EREs falsos que hubiera consumido cocaína a cargo de los fondos públicos de la Junta de Andalucía y que fuera un habitual de servicios de prostitución, como le acusó en febrero de este año el presidente de la Diputación Provincial de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos.
“Soy una persona jovial y me tomo las copas donde me apetece y donde quiero, cosa que también se me cuestiona. He llevado la vida normal de cualquier persona normal”, destacó Guerrero, que sí aseguró conocer “el precio de un Gin-tonic” y de un “paquete de Marlboro”, antes de ningunear las declaraciones de su exchófer, Juan Francisco Trujillo, que reconoció ante la juez Mercedes Alaya que habían utilizado dinero del fondo de reptiles dinero para juergas y cocaína.
“Yo no voy a estar al pairo de quien me quiera poner a trapo, lo tendrá que demostrar él”, precisó. El exdirector general de Trabajo de la Junta de Andalucía indicó que no sabía si se había gastado “bien o mal” el salario de alto cargo del Gobierno andaluz. “Mi sueldo es lo único que he percibido en 23 años; mi familia no se ha quejado nunca y seguro que no lo he malgastado”.
Guerrero escuchó con atención la batería de preguntas lanzadas por el PP e Izquierda Unida (el PSOE se limitó a entregárselas por escrito al presidente de la comisión) y, tras acabar las cuestiones de los grupos políticos, pidió un receso de cinco minutos para hablar con su abogado, Fernando de Pablo, y preparar un improvisado turno final de intervención.“Señorías, todas las preguntas que he oído están prácticamente contestadas en el interrogatorio en el juzgado, prácticamente todas, entiéndanme que por el propio procedimiento judicial no haya respondido”, señaló.
El exdirector general de la Junta reconoció que nadie perteneciente a los Gobiernos de la Junta de Andalucía se había puesto en contacto con él. También negó un pacto de silencio. “No ha habido nada a cambio, mi situación actual es la prisión y mi familia está sufriendo”, admitió tras precisar que siempre había actuado “como un gestor y no como alguien del aparato de ningún partido político; llevo 20 años en la gestión pública y creo que hasta hoy con bastante brillantez”.
“Muchos no imputados pueden resolver las dudas”
Francisco Javier Guerrero amagó, pero no remató al asegurar que había “muchos no imputados” que podían resolver “las dudas" sobre las ayudas públicas a los expedientes, que él denominó “fondo de reptiles”. El exresponsable de las políticas de Empleo prefirió guardar munición para más adelante. “Mi inocencia”, añadió, “debe ser demostrada y no es presumida”. El exdirector general de Trabajo de la Junta también instó a la comisión a preguntar esas dudas a los Gobiernos de la Junta de Andalucía en los periodos en los que fue director general, a los servicios jurídicos, a la Intervención General de la Junta o a los representantes de los sindicatos y los empresarios. Asimismo, aseguró que desde que dejó el cargo en 2008 "nadie varió el procedimiento" de concesión de ayudas públicas sociolaborales y a empresas.
La declaración de Guerrero fue totalmente imprevisible. El exalto cargo de la Junta de Andalucía leyó una declaración escrita de folio y medio preparada por su abogado, “corta y contundente”, según avanzó ayer a este diario su letrado, Fernando de Pablo. El abogado de Francisco Javier Guerrero empezó a recaudar el pasado 16 de julio dinero entre amigos y familiares del exdirector general de Trabajo de la Junta de Andalucía. Guerrero dio instrucciones a su letrado para que consiguiera reunir los 250.000 euros que la magistrada le había impuesto como fianza si quería abandonar la cárcel.
Su esposa envió un mensaje de texto desde el teléfono móvil de su marido a su círculo de amigos y conocidos para que le ayudaran a pagar los 250.000 euros de fianza. Este era el mensaje: “Soy Javier Guerrero. Ahora necesito tu ayuda”. Luego detallaba la cuenta de La Caixa donde se podía hacer el ingreso y concluía diciendo: “Guarda el resguardo del ingreso para devolverte el dinero. Pásalo”. No fue suficiente. No ha conseguido recaudar esa cantidad.
Lo cuento en El Confidencial.
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