Juan Ignacio Zoido, presidente del PP andaluz.
La estrategia no salió nada bien. Javier Arenas había dado órdenes a Antonio Sanz de dar absoluta prioridad al caso de los ERE por encima de cualquier otro asunto. Desde más de seis meses antes de las elecciones autonómicas, el mayor escándalo de corrupción de Andalucía monopolizaba toda la acción política del PP. Sanz era el ejecutor, pero Arenas se fue y todo cambió. Tras reincorporarse al juzgado después de seis meses de baja, Mercedes Alaya se ha convertido en la verdadera jefa del PP-A.
Nada más acceder Juan Ignacio Zoido a la Presidencia del PP regional, pensó que con los ERE no iba a ningún sitio. Era julio de 2012 y la juez apuraba sus últimos días de trabajo en el Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla. La comisión de investigación le pilló a contramano al presidente regional y alcalde de Sevilla. Las falsas prejubilaciones eran asunto del pasado y certificó que este caso no podía centrar su labor de oposición. Los malos resultados en las encuestas, el casting interno para buscar un líder en la candidatura a las elecciones autonómicas y el caso Bárcenas debilitaron al grupo parlamentario, falto de un claro referente como Arenas y sin rumbo ante la indefinición de Zoido.
Todo ha cambiado desde hace dos semanas. Otra vez marzo como mes clave en Andalucía. La vuelta del huracán Alaya ha sacudido los cimientos de la calle San Fernando, la sede regional del PP andaluz. El partido se ha enganchado a la instrucción de los ERE de la magistrada sevillana. Necesitaba respiración y los autos, detenidos e imputados han situado de nuevo a los populares sureños en el centro de la atención mediática.
“Estaban muy débiles y vacíos y esto les ha dado aire, no hay duda. A nosotros todo esto nos preocupa y es lógico que Griñán tenga nervios. Si un juez decide ir a por ti…, tiene muchas herramientas para darte un buen dolor de cabeza”, resaltan a El Confidencial fuentes del PSOE andaluz, que señalan cómo “en los mentideros de Sevilla” se da por hecha la imputación del presidente de la Junta de Andalucía por parte de la juez Alaya.
Ana María Corredera, vicesecretaria del PP andaluz, se remite a que la juez “decida” si tiene que imputarlo o no. No dice más Corredera, pero sí aprovecha la oportunidad para recordar que Griñán tenía que conocer “lo que sucedía”, sobre todo tras la advertencia del interventor general de la Junta de Andalucía.
Fuentes judiciales de Sevilla consultadas por este diario señalan que sólo la juez conoce si al final el secretario general del PSOE-A será o no imputado. “Eso nadie lo puede saber, sólo quien haya estudiado a fondo el sumario”. Joaquín Moeckel, abogado sevillano, critica en declaraciones a El Confidencial la confusión existente entre “las responsabilidade
s políticas y las penas”. “Que diga Griñán que no hay fundamento para ser imputado, pues muy bien. También dijeron los republicanos en Madrid: '¡No pasarán!' y al final pasaron”.
Sobre Alaya, Moeckel valora la “diligencia” de la juez en su instrucción de la semana pasada con jornadas como las del viernes y sábado, de 24 horas seguidas de trabajo. “Tendría claro que necesita estar encima y vigilar que no hubiera contacto entre los imputados. No quería que la situación se le pudiera ir de las manos”.
Más, en El Confidencial.
La estrategia no salió nada bien. Javier Arenas había dado órdenes a Antonio Sanz de dar absoluta prioridad al caso de los ERE por encima de cualquier otro asunto. Desde más de seis meses antes de las elecciones autonómicas, el mayor escándalo de corrupción de Andalucía monopolizaba toda la acción política del PP. Sanz era el ejecutor, pero Arenas se fue y todo cambió. Tras reincorporarse al juzgado después de seis meses de baja, Mercedes Alaya se ha convertido en la verdadera jefa del PP-A.
Nada más acceder Juan Ignacio Zoido a la Presidencia del PP regional, pensó que con los ERE no iba a ningún sitio. Era julio de 2012 y la juez apuraba sus últimos días de trabajo en el Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla. La comisión de investigación le pilló a contramano al presidente regional y alcalde de Sevilla. Las falsas prejubilaciones eran asunto del pasado y certificó que este caso no podía centrar su labor de oposición. Los malos resultados en las encuestas, el casting interno para buscar un líder en la candidatura a las elecciones autonómicas y el caso Bárcenas debilitaron al grupo parlamentario, falto de un claro referente como Arenas y sin rumbo ante la indefinición de Zoido.
Todo ha cambiado desde hace dos semanas. Otra vez marzo como mes clave en Andalucía. La vuelta del huracán Alaya ha sacudido los cimientos de la calle San Fernando, la sede regional del PP andaluz. El partido se ha enganchado a la instrucción de los ERE de la magistrada sevillana. Necesitaba respiración y los autos, detenidos e imputados han situado de nuevo a los populares sureños en el centro de la atención mediática.
“Estaban muy débiles y vacíos y esto les ha dado aire, no hay duda. A nosotros todo esto nos preocupa y es lógico que Griñán tenga nervios. Si un juez decide ir a por ti…, tiene muchas herramientas para darte un buen dolor de cabeza”, resaltan a El Confidencial fuentes del PSOE andaluz, que señalan cómo “en los mentideros de Sevilla” se da por hecha la imputación del presidente de la Junta de Andalucía por parte de la juez Alaya.
Ana María Corredera, vicesecretaria del PP andaluz, se remite a que la juez “decida” si tiene que imputarlo o no. No dice más Corredera, pero sí aprovecha la oportunidad para recordar que Griñán tenía que conocer “lo que sucedía”, sobre todo tras la advertencia del interventor general de la Junta de Andalucía.
Fuentes judiciales de Sevilla consultadas por este diario señalan que sólo la juez conoce si al final el secretario general del PSOE-A será o no imputado. “Eso nadie lo puede saber, sólo quien haya estudiado a fondo el sumario”. Joaquín Moeckel, abogado sevillano, critica en declaraciones a El Confidencial la confusión existente entre “las responsabilidade
s políticas y las penas”. “Que diga Griñán que no hay fundamento para ser imputado, pues muy bien. También dijeron los republicanos en Madrid: '¡No pasarán!' y al final pasaron”.
Sobre Alaya, Moeckel valora la “diligencia” de la juez en su instrucción de la semana pasada con jornadas como las del viernes y sábado, de 24 horas seguidas de trabajo. “Tendría claro que necesita estar encima y vigilar que no hubiera contacto entre los imputados. No quería que la situación se le pudiera ir de las manos”.
Más, en El Confidencial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario