Torremolinos fue lo más moderno, chic y osado de la sociedad española de los sesenta. Su noche era la más loca del Mediterráneo. Los jóvenes europeos de 20 años viajaban en autostop buscando en el pueblecito de pescadores un oasis de libertad que coqueteaba con el libertinaje.
En apenas 14 kilómetros se pasaba de una ciudad en aquel momento muy provinciana y cerrada (Málaga capital) al ambiente más relajado y frenesí del Franquismo, donde te podías encontrar a Brigitte Bardot paseando descalza por la calle San Miguel. Aquel Torremolinos sin límites lo permitió la dictadura hasta el 24 de junio de 1971, la fecha conocida como la gran redada. Dicen que desde ese momento ya nada volvió a ser igual…
Este el arranque de la Tinta de Verano que cuento en El Confidencial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario