Elena de Borbón llega de incógnito. Camuflada en un gorro rojo de peregrina, la Infanta espera una hora la salida del Cristo de Mena, el Cristo de la Buena Muerte de Málaga, el protector de la Legión. Es la 1.20 horas cuando la hija mayor del Rey da los primeros toques de campana de un trono que portan 200 hombres.
El fotógrafo Miguel Temprano le regala a la Infanta su medalla de la cofradía. “Señora, es un orgullo que usted la lleve”, “No, no puedo, muchas gracias”. Temprano insiste. Intercede el hermano mayor, Antonio González, que le impone la insignia delante de la imagen. En ese momento, Elena de Borbón ya es una cofrade. “No te extrañe que venga la próxima Semana Santa a Málaga”, apunta un compañero.
Crónica de la procesión del Cristo de Mena en Madrid. Yo porté el trono en el segundo turno, desde el final de la calle Alcalá al Palacio Real.
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