Todo ocurría en El Caramelo, un bar ubicado en el barrio de Nervión de Sevilla. Allí, donde se reunían para tomar copas Francisco Javier Guerrero, exdirector general de Trabajo de la Junta de Andalucía, y Juan Francisco Trujillo, su chófer, elministro, como le denominan en Llanos del Sotillo (Andújar), recibía Trujillo la cocaína que le suministraba Gregorio (Goyo) Martínez.
En su declaración ante la Guardia Civil de Sevilla el pasado 20 de marzo, el empresario Antonio Diéguez confirmó que Goyo era “íntimo amigo” de Guerrero. Diéguez admite que recibió una ayuda directa del exdirector general por importe de 300.000 euros para un proyecto de casa rural. “Gregorio Martínezera la persona que le pasaba cocaína a Francisco Javier Guerrero”, escribe el informe del Instituto Armado, que aparece en el sumario de los ERE falsos al que ha tenido acceso El Confidencial.
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