Torremolinos era aquel insólito lugar donde la sex-symbol Brigitte Bardot paseaba descalza por la calle San Miguel, Frank Sinatra se liaba a mamporrazos en el Pez Espada, el mejor de su época, y el rey Juan Carlos (aún Príncipe) lo visitaba con frecuencia, junto a ministros de Franco, antes de aceptar su residencia veraniega palmesana a escasos 100 metros del taller de Joan Miró.
Segunda entrega de Torremolinos chic en la Tinta de Verano que publico en El Confidencial.
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