He escrito en los 12 años (desde septiembre de 1996) que trabajo en EL MUNDO en todas las secciones. Sólo no lo he hecho en la sección de Toros. No creo que lo haga (aunque en el periodismo nunca se sabe), pero el domingo reportajeé en Crónica sobre el torero José Tomás, en concreto sobre su novia Isabel, de Estepona.
Mucha gente me ha preguntado esta semana: "¿Te has pasado al periodismo rosa?". No, no es eso. En los periódicos hay que escribir de todo. Esta ha sido una historia de encargo. Pero hay que estar dispuesto siempre a ofrecer temas, aunque sean rosas, marbellíes y santonis.
Hay compañeros con gran vocación que dilapidan su faceta reporterística demasiado pronto. Se pasan a las jefaturas o al otro bando, a llevar la prensa y comunicación de una empresa o de un partido político (los policías de la información o mayordomos de los periodistas).
La vida del periodista, del reportero, es larga (o debe serlo). También puede ser interminente: yo no reportajeo todos los días, ni siquiera todas las semanas, pero cuando lo hago sigo siendo rabiosamente feliz. La vida profesional del reportero tendría que ser larguísima y eterna como las de Leguineche o Tom Wolfe.
Ojalá nunca pierda esa ilusión por entrevistar a la gente cara a cara, con el bloc de notas y apuntando muy rápido las frases exactas con mi endiablada letra, "de japonés epiléptico", como dejó escrito Antonio Soler en el prólogo de mi viaje inglés.
sábado, 5 de julio de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Estoy en Pamplona. Afuera convergen rojigualdas e ikurriñas, pero el alcohol hermana esas dos Españas irreconciliables. Calor en toda España hasta entrar en "Euskal Herria"; otro mundo en lo climático.
Mañana estaré en la Plaza del Ayuntamiento en el Chupinazo. Me pasé al otro bando porque NINGÚN CABRONAZO QUISO CONTRATARME DE ESCRIBANO. 2tipos.
Se te espera, Rivera, por Nafarroa.
Publicar un comentario