Susana Díaz no citó a ninguno de sus contrincantes (y en teoría compañeros) en las primarias sin urnas del PSOE-A. Tampoco ni una palabra de los ERE, ni de la corrupción. Díaz, desde ayer por la tarde de manera oficial candidata a la Junta de Andalucía, consumó el dedazo de José Antonio Griñán. La consejera de Presidencia de Igualdad del Gobierno andaluz se convertirá la primera semana de septiembre en el quinto presidente de la comunidad más poblada de España, tras Rafael Escuredo, José Rodríguez de la Borbolla,Manuel Chaves y José Antonio Griñán, su padre político.
Díaz, de 39 años, ni siquiera fue votada por los miembros del Comité Director del PSOE andaluz reunidos el hotel NH Convenciones de Sevilla. Lo fue por aclamación, pero Fernando Rodríguez Villalobos, presidente de este órgano interno, el más importante entre congresos, no se había dado cuenta hasta las primeras palabras del discurso de la candidata de que no se había refrendado el nombre de Susana Díaz. ¿La solución? Sonrisas (incluso risas) de todos y aplausos sin fin. No se dio pie a la discrepancia o al debate.
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