Quiere apabullar. Ganar por goleada. Y que el rival ni siquiera se pueda presentar al partido. Susana Díaz, aspirante a la candidatura del PSOE a las primarias de la Junta de Andalucía, no se conforma con los 7.000 avales. Mejor el doble. O el triple. Por eso, exhibió un poderoso músculo de militancia socialista el jueves en Antequera con el objetivo de asustar a los contrincantes: el consejero Luis Planas y el alcalde de Jun (Granada), José Antonio Rodríguez.
Tanto Planas como Rodríguez saben que se enfrentan a un rival muy poderoso, que controla con mano férrea el aparato de la calle San Vicente, la sede regional del PSOE andaluz, y ha partido con la indudable ventaja orgánica de saber con antelación que José Antonio Griñán convocaría primarias. “Hemos empezado muy tarde. Los que apoyan a Susana lo tienen todo armado y no nacemos del mismo punto. No se lo esperaba nadie, excepto ellos, partimos con desventaja”, relata a este diario un dirigente socialista que hace campaña por Planas.
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