Bloqueados. Los críticos a Griñán no tienen un rostro visible como candidato a la Junta de Andalucía. Sí tienen una cara pública que se enfrenta directamente al presidente. Se llama José Rodríguez de la Borbolla, pero él no se presentará. Lo que Borbolla y sus huestes están buscando es paralizar el proceso de elección interna en la que surgirá el nombre de Susana Díaz, consejera de Presidencia e Igualdad del Gobierno andaluz. ¿Cómo? Argumentan que es el Federal quien tiene que convocar el proceso.
Los críticos, por el momento, han fracasado: la Ejecutiva regional del PSOE-A convocó para el lunes 29 de julio las elecciones primarias para elegir al sucesor de Griñán como cabeza electoral de 2016, si es que este no adelanta los comicios autonómicos. El vicesecretario general del partido, Mario Jiménez, descartado como él mismo anunció, reveló que la dirección andaluza del partido no propondrá ningún nombre. En realidad, no hace falta. Díaz es la elegida.
¿Y cómo se canalizará ese 30% de descontento que surgió el congreso de El Toyo (Almería) del año pasado? El PSOE de Jaén, liderado por Francisco Reyes, un hombre de Gaspar Zarrías, no quiere dar ningún paso. Francisco Vallejo, exconsejero de Salud y de Innovación, podría ser otra opción. Alejado de la primera línea de confianza de Griñán, Vallejo tiene sobre sí la espada de Damocles de una posible imputación en el caso Invercaria. De hecho, el juez ya ha pedido información sobre su aforamiento. “Llevo dos meses esperando a que me llame a declarar. Quiero hacerlo ya”, contaba a este diario el pasado miércoles en la cafetería del Parlamento andaluz.
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