“Cuando lleguemos al río, cruzaremos ese puente”. La frase es un clásico de la retórica griñanista. José Antonio Griñán, presidente de la Ejecutiva Federal del PSOE, la repite con insistencia cuando no le interesa hablar de un asunto. Es su particular “ahora no toca” que acuñó Jordi Pujol. Griñán no quiere hablar ni oír nada de Eduardo Madina, tampoco de Patxi López. Ni nadie del PSOE andaluz.
“Es una barbaridad sacar ahora el debate sucesorio. ¿Ahora mismo, con la crisis que tenemos? Quien empiece a hablar de primarias está muy desenfocado”, apuntan a El Confidencial fuentes próximas a la Junta de Andalucía. “Estamos muy indignados y hay un cabreo muy gordo en toda la organización con quien saque ahora cualquier nombre”, apuntan estas mismas fuentes.
Cuando el presidente de la Junta (más bien Izquierda Unida) había conseguido que el centro del debate nacional fuera el decreto antidesahucios impulsado desde el Gobierno andaluz, el juego de tronos de los socialistas y su implicación en Andalucía perjudica la intención del bipartito de diferenciar la comunidad andaluza del resto de iniciativas que plantea Alfredo Pérez Rubalcaba, que no tuvo más remedio que hacer suya la norma desarrollada por la consejera escrache.
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