José Antonio Griñán, momentos antes de comenzar su comparecencia (Efe).
Llevan más de una semana de huelga, aunque la repercusión
mediática sea mucho menor que la de Madrid, y están poniendo en jaque
las urgencias de los hospitales andaluces. Entre médicos, psicólogos,
farmacéuticos y biólogos son 5.000 personas (el 90% son licenciados en
Medicina, el 30% del sistema sanitario andaluz). Elia Oliva
acaba de cumplir la treintena, lleva tres años como MIR (R3) y está
especializada en la medicina familiar y comunitaria en el hospital
Virgen Macarena de Sevilla. Olivia, de la Coordinadora Andaluza de
Representantes de Especialistas Internos Residentes (Careir), es uno de
los 2.000 médicos internos residentes que está previsto que se
concentren hoy a las puertas del Parlamento de Andalucía.
Los MIR se quejan de la escasa formación que reciben (apenas cuentan con médicos especializados que les puedan enseñar) y de la bajada de su salario del 36% que ha impuesto la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía. En su huelga no hay servicios mínimos posibles. Un decreto de la Junta de Andalucía de 1993 así lo impide. Su sueldo base, en un horario de 8 a 15 horas, es de apenas 1.000 euros para los R1, que cobran la hora extraordinaria a 11 euros. Los R4 ganan 14 euros por hora. En total, el sueldo medio es de 1.600 euros. Como máximo, 1.800 euros.
Ante la falta de personal, el SAS está intentando paliar la situación con médicos adjuntos. “Muchos sanitarios se están viendo obligados a asumir funciones que no les corresponden, lo que podría poner en peligro la salud de los pacientes”, alerta el sindicato CSI-F. En centros sanitarios andaluces se está obligando a los adjuntos a hacer guardias en urgencias y a atender enfermedades que no coinciden con su especialidad. “No es coherente calificar a los residentes de prácticos y permitir, al mismo tiempo, que sean los encargados de la salud de los pacientes”, denuncian los representantes sindicales. La Junta de Andalucía por ahora se niega a negociar con los MIR y a hacer nuevos contratos.
La huelga afecta a urgencias, sobre todo en los hospitales Clínico Universitario y Carlos de Haya de Málaga; los servicios de pediatría del hospital Reina Sofía de Córdoba (de un tiempo medio de espera de 30 minutos se ha pasado a otro de 5 horas), y en el ingreso en planta del Virgen del Rocío de Sevilla, con una demora de hasta tres días para llevar al paciente a la habitación. El domingo, en este hospital sevillano de referencia, se produjeron hasta seis horas de espera con 200 pacientes pendientes de revisión.
“Son el futuro de la sanidad pública y si siguen de huelga pueden paralizar todo el sistema. No tendrán más remedio que irse a Murcia o Portugal, o los más aventureros a un país nórdico”, lamenta a El Confidencial un médico con consulta privada que perteneció a una de las primeras generaciones MIR de toda España. “El problema sólo se concentra en Andalucía y eso demuestra la pésima gestión del SAS”, señala este doctor.
Juan Toral, de 28 años, natural de Úbeda (Jaén) y médico residente en el hospital Clínico de Málaga, tras haber estudiado la carrera en la Universidad de Granada, lleva cuatro años de MIR, especializado en Medicina de familia. Lleva dos meses estudiando inglés. Y en mayo, cuando se le acabe la residencia, se irá a Suecia o Qatar. “Aquí la contratación es cero”, admite Toral a este diario.
Los MIR se quejan de la escasa formación que reciben (apenas cuentan con médicos especializados que les puedan enseñar) y de la bajada de su salario del 36% que ha impuesto la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía. En su huelga no hay servicios mínimos posibles. Un decreto de la Junta de Andalucía de 1993 así lo impide. Su sueldo base, en un horario de 8 a 15 horas, es de apenas 1.000 euros para los R1, que cobran la hora extraordinaria a 11 euros. Los R4 ganan 14 euros por hora. En total, el sueldo medio es de 1.600 euros. Como máximo, 1.800 euros.
Ante la falta de personal, el SAS está intentando paliar la situación con médicos adjuntos. “Muchos sanitarios se están viendo obligados a asumir funciones que no les corresponden, lo que podría poner en peligro la salud de los pacientes”, alerta el sindicato CSI-F. En centros sanitarios andaluces se está obligando a los adjuntos a hacer guardias en urgencias y a atender enfermedades que no coinciden con su especialidad. “No es coherente calificar a los residentes de prácticos y permitir, al mismo tiempo, que sean los encargados de la salud de los pacientes”, denuncian los representantes sindicales. La Junta de Andalucía por ahora se niega a negociar con los MIR y a hacer nuevos contratos.
La huelga afecta a urgencias, sobre todo en los hospitales Clínico Universitario y Carlos de Haya de Málaga; los servicios de pediatría del hospital Reina Sofía de Córdoba (de un tiempo medio de espera de 30 minutos se ha pasado a otro de 5 horas), y en el ingreso en planta del Virgen del Rocío de Sevilla, con una demora de hasta tres días para llevar al paciente a la habitación. El domingo, en este hospital sevillano de referencia, se produjeron hasta seis horas de espera con 200 pacientes pendientes de revisión.
“Son el futuro de la sanidad pública y si siguen de huelga pueden paralizar todo el sistema. No tendrán más remedio que irse a Murcia o Portugal, o los más aventureros a un país nórdico”, lamenta a El Confidencial un médico con consulta privada que perteneció a una de las primeras generaciones MIR de toda España. “El problema sólo se concentra en Andalucía y eso demuestra la pésima gestión del SAS”, señala este doctor.
Juan Toral, de 28 años, natural de Úbeda (Jaén) y médico residente en el hospital Clínico de Málaga, tras haber estudiado la carrera en la Universidad de Granada, lleva cuatro años de MIR, especializado en Medicina de familia. Lleva dos meses estudiando inglés. Y en mayo, cuando se le acabe la residencia, se irá a Suecia o Qatar. “Aquí la contratación es cero”, admite Toral a este diario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario