Irreconciliables. El ‘divorcio’ entre Susana Díaz, número 2 del PSOE regional, y José Antonio Viera, secretario general del PSOE sevillano, ha dejado en evidencia las enormes diferencias en el socialismo andaluz en la elección de delegados al congreso de Sevilla de febrero. Es tal la guerra que José Antonio Griñán ha tenido que intervenir no en plan pacificador, sino para ofrecer más munición de artillería. Ha impuesto manu militari una sola lista.
“La responsabilidad del secretario general del PSOE de Sevilla es buscar el consenso, si no lo hace, será su problema”, zanjó Griñán en plan perdonavidas y resaltando su evidente nerviosismo ante la grave crisis interna de los socialistas sureños. “Yo dedico el 99 % de mi tiempo a ser presidente de la Junta y, por ello, no puede tener tiempo para el Congreso Federal”, añadió.
Susana Díaz es la persona clave en esta disputa orgánica. “Mantiene una actitud sectaria y autoritaria que le hace incluso a enfrentarse a su provincia de origen. Se dedica a reventar el partido por sus tremendas ansias de poder. Y, lo que es peor, Griñán se lo permite”, explican a El Confidencial fuentes del PSOE andaluz.
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