Te conocí a finales de los noventa. Cubrimos ruedas de prensa, presentaciones de proyectos… Conversaciones en tu coche sobre Periodismo. A los dos nos apasionaba hablar de nuestra profesión. En eso nunca cambiamos. Me marché de Málaga y nos perdimos la pista ocho temporadas. Sabía de ti por amigos comunes. Alguna vez nos reencontramos y palpé que seguías con esa ilusión de reportero pipiolo, como si fuéramos becarios en Sur y Diario 16 Málaga.
Hace dos Lunes Santo, en un balcón del Centro de la oficina de María de Mar, volvimos a vernos y a charlar con tranquilidad. Enseguida noté lo feliz que estabas con Carmen, una gran mujer siempre con la sonrisa en los labios. Seguías viviendo con nervio y pasión el Periodismo más auténtico que existe: la información local.
En tu nueva aventura profesional en sur.es viste con rapidez la importancia de las redes sociales. Hace medio año o así nos retamos, en pique divertido, a ver quién llegaba primero a los 500 seguidores. “Agustín, tú vas a llegar antes”. No, ganaste tú y yo me alegré. En un restaurante de La Malagueta creo que coincidimos, las pasadas Navidades, por última vez. Más trepidante conversación sobre primicias informativas, los cambios en los periódicos… Nuestra vida, Manolo.
Miro Twitter y leo cosas raras. No es posible que hayas muerto. Aún hay muchas autopistas por inaugurar y exclusivas por contar. Palabras torpes escritas para el buen compañero siempre dispuesto a la conversación y el cariño. Murió un grande.
2 comentarios:
De piedra... Un tío extraordinario, una bellísima persona, siempre calmado y cariñoso con todo el mundo. Siempre dispuesto a escuchar. De verdad, qué pena...
Sin duda, Mercedes. ¡Qué gran persona e inmenso periodista hemos perdido! Un beso
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