Arturo Pérez Reverte conoce, porque la ha pateado y vivido, la ciudad intramuros. Un plano de la Cádiz del siglo XVIII apenas se diferencia de la ciudad que pilota Teófila Martinez con -por ahora- inamovible mayoría absoluta. Lo que no podía imaginar el académico es que las intrigas políticas le iban a pasar factura a sueño comisario.
La oposición a Teo está dispuesta a lo que sea con tal de atizar a la alcaldesa. ¿Resultado? El novelista deja de ganar los 174.000 euros que iba a cobrar por ejercer de comandante en jefe de una macroexposición sobre el bicentenario de La Pepa, la Constitución de 1812.
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