En Málaga, en la Costa del Sol, había un cierto interés (no escaso de utopía) que Paulino Plata fuera el nuevo secretario de Estado de Turismo. No. Plata, notable consejero de Turismo de la Junta de Andalucía, carece del peso político nacional del que goza del mallorquín Joan Mesquida.
El fracasado candidato a la Alcaldía de Marbella tenía el pasado viernes al mediodía el móvil en la mano. "Por si me llaman", se justificó. Fue en un céntrico restaurante de Málaga, muy cerca de la calle Nueva.
La llamada, esperaba él, vendría de Madrid. Del Gobierno Central. Plata, animado por los suyos, se lo había llegado a creer. Secretario de Estado de Turismo. Pues no. Quizá Chaves le recompense con un cargo de relumbrón en su Junta.
A Plata le encantaría la Consejería de Obras Públicas, aunque con Magdalena Álvarez no se lleva demasiado bien, pero al menos se soportan y ya vendría Chaves a poner orden. Plata, que tendió un puente de su apellido al sector turístico, aún tiene futuro político, pero quizá acepte una buena oferta privada si Manolo no le compensa como (él) cree que se merece.
martes, 15 de abril de 2008
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