lunes, 28 de abril de 2008

Champán y Sapos

Champán y Sapos empieza mañana. Al mediodía hemos tenido una rueda de prensa en el hotel Barceló Málaga. Han asistido diez periodistas (agencias, televisiones y periódicos). Hay expectación. Si estás en Málaga, espero que no te lo pierdas. La idea de las Jornadas se me ocurrió hace un año. La recogió Alfredo Taján, director del Instituto Municipal del Libro, y nace con vocación de continuidad. Interesa no sólo a periodistas y gente relacionada con el mundo de la Cultura. ¡Os espero!

sábado, 26 de abril de 2008

Antonio Soler, Medalla de Oro de la Provincia

Europa Press informa del discurso de este mediodía de Antonio Soler, Medalla de Oro de la Provincia de Málaga:

El escritor señaló que "nosotros, que en tantos momentos hemos tenido la sensación de ser furtivos solitarios, francotiradores, somos la mano de tantos malagueños que hacen su trabajo con entrega y fidelidad a sus principios".

Esta distinción, según Soler, es "el reconocimiento a un largo viaje y la provincia es el mejor enclave para recibirlo" porque "ningún galardón tiene el valor de aquel que es otorgado en la propia tierra; es algo tan evidente como que todos deseamos el amor de nuestra madre". Esta Medalla de Oro "tiene para nosotros el valor de ser correspondidos y apreciados por lo que tenemos más cerca y más queremos", indicó.

Declaró, además, que "ninguno de los cuatro emprendió su camino en busca de esa recompensa inmediata y completa, sino que buscábamos otra cosa, respondíamos a una llamada mucho más profunda, eso que llaman vocación y que, normalmente, va asociado al riesgo, a lo poco previsible y que en el fondo es un compromiso personal, el mantenimiento de la fidelidad con nosotros mismos". "En los cuatro caminos que hoy confluyen aquí existe la determinación de avanzar por ellos, a pesar de que a veces han estado demasiado empinados y llenos de obstáculos", comentó Soler.

miércoles, 23 de abril de 2008

El Camino de los Ingleses sigue su viaje

En el Día del Libro continúa el viaje de El Camino de los Ingleses. Esta tarde Antonio Soler charla de la película y la novela. La cinta de Antonio Banderas. Su libro, Premio Nadal 2004. De Soler y de Banderas, de Raúl Arévalo, de María Ruiz (Luli) y de toda esa familia efímera en el tiempo, pero perenne en la memoria, hablé ayer en la clase de Literatura y Cine que pilota el profesor Antonio Hierro en los Cursos de Español para Extranjeros de la Universidad de Málaga.

Mantuve un jugoso encuentro de media hora con un grupo de 15 alumnos, todos estadounidenses, que llevan en Málaga desde octubre supervisados por mi amigo Mark Aldrich, director del programa Dickinson College (Pennsylvania). Casi todos habían visto la película y leído la novela. Algunos incluso también se habían inmerso en algunas páginas de El Viaje de los Ingleses. Todos muy curiosos y motivados. Y con un excelente nivel de español y con ganas de empaparse de la cultura española. Aldrich, que vive en un precioso piso de La Malagueta, con vistas maravillosas al Mediterráneo, los alienta. Ayer se mostró muy interesado en la interpretación de Victoria Abril como Señorita del Casco Cartaginés. Por allí también estaba el profesor Fernando Arcas, que dirigirá en julio un curso de verano en Ronda. Entre los pontentes figurarán Rafael Ballesteros, Soler y Paul Preston.

lunes, 21 de abril de 2008

Un crimen en la familia March

Esteban Urreiztieta sigue promocionando su libro Los March. La fortuna silenciosa. Ayer, en CRÓNICA, el adelanto de un capítulo demoledor de una obra que no está pasando desapercibida, y menos para el nutritivo Archipiélago Gulasch del escritor Román Piña Valls.

Los aeropuertos apuestan por Aertec

La ingeniería Aertec en MERCADOS, de EL MUNDO. Especialización aeronáutica capitaneada desde el PTA de Málaga.

domingo, 20 de abril de 2008

Manny Fontela-Novoa (Thomas Cook)

Entrevista publicada hoy en MERCADOS, el suplemento económico de EL MUNDO.

sábado, 19 de abril de 2008

Tragedia en Benalmádena

Una autovía transitada. La lluvia. Un autobús que sale de la vía. Muertos y heridos. Los sucesos muy cerca de casa, en una carretera por la que no circulas de noche: no está iluminada y prefiero el antiguo trazado, aunque tenga semáforos y tarde mucho más. ¿Qué habrá ocurrido?

jueves, 17 de abril de 2008

Los March, la fortuna silenciosa


Umbrales

(Premio González-Ruano)

POR IGNACIO CAMACHO

29 de agosto de 2007

POR las torrenteras del idioma se despeñaba cada mañana el verbo caudaloso, la prosa exuberante y desbordada, la escritura restallante, tempestuosa, innovadora de Paco Umbral mientras el personaje que de sí mismo había construido se asomaba al espejo de un vértigo histórico que le devolvía la imagen áspera, snob y polémica de una impostura de malditismo. Amargo como Capote, ingenioso como Ruano, dandy como Tom Wolfe, volcánico y solitario como Baudelaire, pertinaz como Cela, atraía sobre su cabeza de león miope los relámpagos del lenguaje y los fundía en el crisol de un estilo tan imitado como ya irrepetible.

Hay un río de literatura y de ideas que atraviesa la cordillera del periodismo español desde la fuente primigenia de Larra, surca dos siglos entre los meandros de Clarín, Cavia, Camba, Pemán o Ruano y desemboca en la generación casi perdida de Campmany y Umbral, de la que ya sólo Alcántara sobrevive de pie sobre sus propias huellas como testigo de un magisterio inalcanzable. Ese río de excelencia se abre como un delta en una prensa contemporánea repleta de columnas cuyos débiles fustes empezamos a quedar huérfanos cuando se fue Jaime en otra madrugada acuchillada por un desamparo de soledades que ahora nos clava de nuevo el puñal traicionero del vacío y nos deja la oquedad insondable de las palabras heridas por la mortal y rosa caricia de la ausencia.

Escribía Umbral a puñetazos, como si quisiera arrancarles a las teclas de su vieja Olivetti los secretos del lenguaje, cuyas barreras expresivas derribaba inventando neologismos felices o acuñando términos de una modernidad reluciente y atrevida, hallazgos verbales que brincaban en sus páginas como muchachas rebeldes en una playa. Su compromiso literario era tan visceral que lo convirtió en un robinsón misántropo, capaz de ametrallar con crueles frases biseladas de acero cualquier sentimiento que amenazase con anclarle en otro territorio que no fuese el del abismo de la literatura.

A menudo era hosco, provocador, soberbio, intratable y ególatra, pero enredado en la pasión de escribir se volvía un huracán avasallador y torrencial, imparable y rabioso como un genio iluminado de furia. Disfrazado de sí mismo, creó un personaje y lo adornó, como a la estatua de Valle, con la bufanda blanca de un dandismo en el que sublimaba cualquier ideología. Era un rojo remansado que atravesaba las trincheras entre fogonazos de prosa, inclasificable con las etiquetas convencionales del sectarismo banderizo; un iconoclasta montaraz, bronco, divertido, refractario, poliédrico. Le gustaba definirse como un niño de derechas, un joven fascista, un socialista sentimental y un quinqui vestido por Pierre Cardin, y probablemente fue todas esas cosas y muchas más, inaprensible salvo en la condición de escritor total, vertiginoso y arrebatado. Las mujeres le llamaban Umbrales y tenía el honor, como Max Extrella, de no ser académico.

Ignacio Camacho, Premio González-Ruano

Es uno de los mejores columnistas españoles. Aprendí mucho de él en mis inicios en EL MUNDO. Cubrimos juntos un concierto de los Rolling Stones. Coordinaba el cuadernillo de Andalucía y me hacía indicaciones de cómo tenían que ir mis informaciones y si acertaba o no con el enfoque de los reportajes y crónicas, en las que él siempre ha sido un auténtico maestro. Charlar con Camacho es una delicia y leer su columna, a diario, casi siempre por Internet, no en papel, es uno de los mayores placeres de la jornada.

Tiene una prosa muy fluida, utiliza un sólo tema y tiene las citas justas, necesarias. Él es un Umbralito. Lo dijo él cuando nos dio una clase a los alumnos de Periodismo de la Facultad de Málaga. Y ahora acaba de ganar el Premio González-Ruano, uno de los más prestigiosos de la prensa española, precisamente por un artículo de Umbral. Umbrales.

miércoles, 16 de abril de 2008

Niponas. Un viaje a Japón

Martín Caparrós cubrió para una televisión argentina el Mundial de Fútbol de Japón-Corea. ¿Cuándo se jodió Argentina? Pronto. Pero el jodimiento de su selección patria le brindó conocer la amabilidad tokiota, cómo la gente se desvive en la metrópolis más fascinante del planeta por enseñarte cómo encontrar una calle, acompañándote hasta donde haga falta. Todo para el gaijin se sienta cómodo. Como en casa, algo bastante improbable en Tokio.

Caparrós está arropado por su portátil al que sólo le queda media hora de batería. Jesús Aguado, que desde hace justo tres años vive en Barcelona, lo sabe y abrevia la presentación, antes de definirlo como Sean Connery en El hombre que pudo reinar. En la tercera fila le escuchan Carlos Font (capitán de la revista Zut), José Antonio Garriga Vela, recién llegado de Turquía, y Juan Bonilla, que lleva en el mano el último libro caparroniano, editado por Herralde, en Anagrama. Fue anoche, en el Instituto Municipal del Libro (Paseo de Reding), dirigido por Alfredo Taján. Conferencias Astronautas, Testimonios contemporáneos sobre el Lejano Oriente.

Este periodista argentino empieza hablando de la crónica. "Soy un cronista", afirma. El eterno desorientado, dando vueltas a ver si alguna vez encuentra algo que no descubre. La crónica como literatura urgente (cita a Juan Villoro). El cazador de crónicas, que siempre tiene que estar atento a lo que salta. Nunca se sabe dónde va a ocurrir la historia.

Tres semanas estuvo Caparrós en Japón. Casi se centró en Tokio. Viajó también a Kioto. Y algún otro lugar que no quiso compartir (en público). El nombre de Japón. Nippon. "Hay pocos países en el que el nombre propio sea tan distinto a como lo escriben o pronuncian los extranjeros". La meticulosidad, el miramiento. El horror por la mancha. Los hoteles cápsula. El porno sucio que exhiben en la tele.

Anécdotas sabrosas (y negras): cada dos meses un japonés muere por culpa del fuju, "un veneno", asegura, "que puede matar a 600 vacas". "El fuju mata, es una ruleta rusa con escamas". La metáfora del mercado de Tsukiji, situado muy cerca de la sede central del Asahi Shimbum, el segundo periódico con más tirada del planeta (el primero es el Yomiuri).

Los semáforos largos, eternos. "El momento japonés perfecto". El alivio de no entender nada, de un lenguaje indescifrable, fijarse en los detalles, en los movimientos de las personas, en los gestos, en los detalles, en vez del lenguaje, como ya significó Roland Barthes en El imperio de los signos, recientemente reeditado por Seix Barral. No hay letras, hay dibujos. Aprender a mirar, simular la mirada. Observadores fieles. Idioma plástico, de formas muy variadas.

Caparrós, sigue abundando (y yo sigo apuntando, azotado-transportado-animado por los recuerdos de mi vida, de Testigo Directo en Tokio, de mis años nipones en Salamanca, en Málaga, en Madrid...), la tímidez muy tímida, el temor al rechazo o a la aceptación del amor (todo esto entre comillas: aunque no las ponga, sólo los paréntesis son de mi cosecha). El horror ante la sombra de un conflicto. La brutalidad sujeta a reglas. El viejo Japón es melancolía.

El poder del saber, la jerarquía triunfante. Son tan, tan amables... ¿Qué es la amabilidad? Caparrós, siempre Martín Caparrós: "Es el arte de mantener perfecta la distancia". Ciudad realmente vertical, donde la peluquería puede estar en la planta séptima. Tres semanas en Japón. Las carcajadas siempre son de extranjeras. No he visto a mujeres embarazadas japonesas. Los reyes del pescado. El país de las geishas. Tokio, potencia desatada, donde la multitud está ordenada, no como India.

Entre el público alguien le pregunta por la relación de su experiencia con Lost in Translation. Y yo le digo si se había preparado el viaje con lecturas y si seguía enganchado a Japón. "No, no es un país que me haya dejado huella, no como otros de Oriente, como Birmania". Y la batería del portátil duró media hora, 30 minutos contando sus 3 semanas en Japón. Eran las 9 y 33, siete horas más en Shibuya.

martes, 15 de abril de 2008

El mallorquín Joan Mesquida gana la Secretaría de Estado de Turismo...


Joan Mesquida parece un político de derechas. Bueno, preciso, de la derecha moderada, aseada, la de las antípodas de Zaplana y el casi difunto Acebes. Fue en febrero de 2003. Apenas llevaba tres meses trabajando como jefe de sección de Turismo de EL MUNDO/El Día de Baleares. A Mesquida le había metido caña en una rueda de prensa en Alemania. A la vuelta, en el avión Düsseldorf-Palma, me tocó a su lado en el asiento. Las dos horas de vuelo las pasamos hablando de Mallorca, de sus estudios en Madrid y en California, de la ecotasa (aún viva en ese momento, es más, él fue el que ejecutó jurídicamente la fórmula del desaparecido impuesto turístico) y de Málaga (se interesó por Pedro Aparicio).

En sus años al frente primero de la Guardia Civil y luego también de la Policía ha demostrado que tiene capacidad para pilotar equipos, buen tacto y discreción. Es serio y duro. También amigo de las formas y atento. Cuando dejó su cargo de conseller de Hacienda del primer Govern de Xisco Antich, volvió a su puesto de funcionario en el Ayuntamiento de Calvià. Le rescató José Bono nombrándolo director general de Infraestructuras del Ministerio de Defensa.

Ahora llega a un puesto que supuestamente es goloso, atractivo. Sin duda lo es. Pero su responsabilidad no es poca. Casi será ministro. Miguel Sebastián delegará en él muchas funciones. Y la buena mano que tiene Mesquida con el sector turístico mallorquín se notará en una mejora de las infraestructuras isleñas, pero seguro que también mimará al resto de zonas turísticas. Y al pujante turismo de interior y de ciudades. Mesquida se dejará asesorar y seguro que marcará un acertada velocidad de crucero al turismo español, algo desatendido por el Gobierno Central.

... Y Paulino Plata la pierde

En Málaga, en la Costa del Sol, había un cierto interés (no escaso de utopía) que Paulino Plata fuera el nuevo secretario de Estado de Turismo. No. Plata, notable consejero de Turismo de la Junta de Andalucía, carece del peso político nacional del que goza del mallorquín Joan Mesquida.

El fracasado candidato a la Alcaldía de Marbella tenía el pasado viernes al mediodía el móvil en la mano. "Por si me llaman", se justificó. Fue en un céntrico restaurante de Málaga, muy cerca de la calle Nueva.

La llamada, esperaba él, vendría de Madrid. Del Gobierno Central. Plata, animado por los suyos, se lo había llegado a creer. Secretario de Estado de Turismo. Pues no. Quizá Chaves le recompense con un cargo de relumbrón en su Junta.

A Plata le encantaría la Consejería de Obras Públicas, aunque con Magdalena Álvarez no se lleva demasiado bien, pero al menos se soportan y ya vendría Chaves a poner orden. Plata, que tendió un puente de su apellido al sector turístico, aún tiene futuro político, pero quizá acepte una buena oferta privada si Manolo no le compensa como (él) cree que se merece.

sábado, 12 de abril de 2008

Tres días gana el Festival de Málaga


Antonio Banderas, en el Teatro Cervantes de Málaga, en la presentación de Tres Días, en octubre de 2007.

Tres días (que quizá vea esta noche) ha ganado el Festival de Cine de Málaga. La película, producida por Green Moon (Antonio Banderas y Antonio Meliveo) y Maestranza Films (Antonio Pérez), no tiene nada que ver con las comedias que suelen fijarse en el Festival para lograr una apetecible catapulta comercial.

viernes, 11 de abril de 2008

Las películas del Festival de Cine de Málaga

Fotograma de la película Zhao (La Penúltima Producciones). En la imagen, la actriz Menh-Wai Trinh. Al fondo, Miguel Ángel Silvestre (¡El Duque!), premiado por esta película y la auténtica estrella -para el público femenino: de quinceañeras a mujeres de cuarenta y tantos- del Festival.

Mañana acaba el Festival de Cine de Málaga. He visto cinco películas. Imaginario, Paisito, Zhao, Enloquecidas y 8 citas. Imaginario me gustó bastante. Paisito podría haber tenido más ambición. Zhao es la que más me ha cautivado: empieza muy sosa, pero la historia, una joven de origen chino afincada en España, es emocionante. Y tiene un final que impacta.

Enloquecidas y 8 citas, dos comedias españolas. Divertidas, surrealistas, puro entretenimiento. Me quedo con la estupenda Verónica Forqué en Enloquecidas y el siempre magnífico Raúl Arévalo en 8 citas, una cinta que seguro triunfará comercialmente.

miércoles, 9 de abril de 2008

Museo de las noticias

Para ti, que eres amante de los periódicos.


Foto: AFP / Elmundo.es

Diez minutos con Fernando Trueba

Casi medianoche. Miraba las fotografías de la irrenunciable exposición que ha coordinado Antonio Soto, delegado de la Agencia Efe en Málaga, cuando de repente, ya enfilando el final de la calle Larios, un hombre me para, casi a bocajarro, y pregunta dónde está la calle Granados. Alzo la vista y le indico que pasada la alfombra roja, que viaja hasta la Plaza de Uncibay, muy cerca, está el restaurante Mariano, en la calle Granados. Le voy a acompañar. No hace falta, de verdad. Ya pregunto. No, insisto, te voy a acompañar, Fernando.

Es Fernando Trueba, Oscar por Belle Epoque. Le entrevisté en Ronda, en los cursos de cine de la Media Business School que dirigía el productor Antonio Saura, hijo del director Carlos Saura. Trueba se quita los auriculares, grandes, enormes, blancos, a través de los cuales seguro que escuchaba jazz, su confesada debilidad, su pasión de melómano empedernido.

Camino con Trueba atravesando calle Larios. Hablando de cine, de literatura, de películas. De Antonio Banderas, de su Two Much, una comedia estupenda que muchos sólo asocian con el inicio de romance de Banderas con Melanie Griffith. Viene Trueba de presentar una película en homenaje a Fernando Fernán Gómez y camina, con paso decidido, muy rápido, ya calle Granada arriba, hablando de su próximo proyecto, en Chile, donde quiere empezar a rodar en junio. Trueba llega a Uncibay y sube calle Casapalma. Enfila calle Beatas y llegamos a Granados. Le dejo en el Mariano, inagurado en 1970, según el periodista mexicano Leopoldo Soto, enviado especial al Festival de Cine de Málaga, el "mejor restaurante de la ciudad". Diez minutos con Trueba, deliciosos, afables, de un hombre de cine, curioso y amante de la vida.

martes, 8 de abril de 2008

Málaga: Vivir, trabajar, divertirse y aprender

Málaga: "Un lugar donde vivir, trabajar, divertirse y aprender". Lo dice el Málaga Valley.

Imaginario, de Pablo Cantos

Pedro Aranda (un guiño al escritor Pablo Aranda) está escribiendo una novela. Una mujer, engañada por su marido, también. De esto y más cosas, de un mundo real y otro de ficción, todos ellos presentes y obsesivos, trata Imaginario, de Pablo Cantos, amigo de Aranda (Pablo), y con quien hace 20 años compartió sueños cinematográficos en un curso de cine en Valladolid.

Es una película de diálogos, donde la palabra y el texto tienen un valor incalculable. Y las partidas de cartas y, sobre todo, las sentencias sobre la suerte salpicando continuamente la historia:

"La suerte es cuestión de empeño".

"La mala suerte siempre suele empeorar".

"Cada vez que pierdo está más cerca el momento de ganar. Así es la suerte".

"La suerte y la inteligencia no se llevan bien, lo dicen los jugadores".

Las transiciones entre el color y el blanco y negro, el piano de Pablo Cervantes que serpentea todo este Imaginario que es un continuo festín de frases: "Si pagan bien y se madruga poco, no me importa ni el artisterío ni las imaginaciones". Y Málaga, otro personaje más de la película, que empieza y acaba en el cine Albéniz, donde precisamente anoche se estrenó, con motivo del Festival de Cine de Málaga, una cinta en la que personajes como la amante del protagonista prefiere "vivir historias" a que se la "cuenten".

lunes, 7 de abril de 2008

Vuelta

Vuelta a Málaga. Ayer, siete horas en el Aeropuerto de Gatwick. Nieve en Londres. Esta noche veré una película del Festival de Cine. La comentaré esta noche o mañana por la mañana.

P.D: Tengo que colgar una foto que hice a Sofía Loren. La experiencia del crucero fue muy buena.

sábado, 5 de abril de 2008

Sofia Loren


Sofía Loren y Pierfrancesco Vago, en la inauguración del MSC Poesía, en Dover (Reino Unido) Foto: Agustín Rivera

El blog (desde el miercoles) un pelin abandonadito. De Malaga a Mallorca. De Mallorca a Malaga. De Malaga a Londres. De Londres a Dover (donde estoy ahora, escribiendo sin acentos ni ennes). Y de Dover (manana) otra vez de vuelta a la Malaga del Festival de Cine. Todo en cuatro dias. En diez minutos vere a Sofia Loren, la madrina del supercrucero Poesia de la italiana MSC. A ver que dice la Loren.

miércoles, 2 de abril de 2008

Las misiones pedagógicas


Las misiones pedagógicas. La evangelización laica en la II República. Luis Cernuda, bien vestido, con traje y corbata, llegando en burro a un pueblo perdido. Reproducciones de cuadros de Velázquez y Goya. Las caras asombradas, deslumbradas, insólitas, de niños y mujeres ante su primera visión del cine o el mar. Una iniciativa que truncó la Guerra Civil.

Lo contaron ayer Eva Díaz Pérez (El club de la memoria) y Nigel Dennis (Wilcox en las crónicas callejeras de Semana Santa de Álvaro García), de la Universidad de St. Andrews (Escocia), en el Centro Cultural de la Generación del 27.