Pablo Cantos falleció pocos días después del cierre del Festival de Málaga de 2013. Pablo murió con el cine en las venas; él, que iba para novelista y que ya coqueteaba con la ficción mientras preparaba una nueva película.
Lola Ruiz, su viuda, una profesora que regentaba la maravillosa librería -ya desaparecida- Cinco Echegaray, con un club de lectura muy animado, estaba orgullosa el martes en el Festival que acaba de terminar. Se proyectaron dos de las obras cinematográficas de un director de cine que iba a contar tantas historias...
Imaginario fue (es) una película necesaria. Llena de diálogos inteligentes y personajes poderosos. Recuerdo ahora el post que escribí hace seis años, en abril de 2008, tras ver la cinta en el Cine Albéniz.
Me alegro que el equipo de Juan Antonio Vigar, director del Festival, haya recuperado la obra de Cantos. Pablo y Lola lo merecen.
domingo, 30 de marzo de 2014
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