Aliado a la causa rubalcabista, Zarrías logró apoyos de socialistas andaluces descontentos de Griñán y de la labor de griñaninis como Susana Díaz, vicesecretaria general del PSOE-A, y Mario Jiménez, portavoz socialista en el Parlamento andaluz, entregados de forma absoluta a Carmen Chacón a pesar de la difusión de la ya fracasada neutralidad activa. “Susana y Mario han perdido ya dos elecciones, pierden también el congreso y provocan un conflicto. Han utilizado al Gobierno andaluz para apoyar a una de las candidatas y han sido derrotados estrepitosamente”, señala a este diario un socialista andaluz que ha votado a Rubalcaba.
El nombramiento de Gaspar Zarrías, que sigue controlando el PSOE de Jaén -es el presidente, a pesar de Griñán-, dividido entre los zarristas y los partidarios de Mar Moreno, consejera de Presidencia de la Junta de Andalucía y portavoz del Gobierno andaluz, debilita al presidente de la Junta de Andalucía que aspiraba a un puesto orgánico de relumbrón en la Ejecutiva Federal y que se conforma con la Presidencia, testimonial y meramente decorativa justo en el peor momento imaginable: en plena campaña electoral de los comicios autonómicos del 25 de marzo que pronostican mayoría absoluta para Javier Arenas en Andalucía.
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