Nazario no cierra el quiosco
Nono, en Los Planetas. En mi Arcadia feliz, Toñi. También allí hasta hace muy poco mis ya añorados Armando y Ana. Ahora mi guardián entre centenos de asfalto se llama Nazario, el capitán de papel de Elcano. Son los quiosqueros malagueños de mi vida. 362 días al año, desde ya casi tres décadas, compro diarios. Este también. Los devoro con placer. Me declaro osado carnívoro de la noticias. De los reportajes. Las crónicas de color. Y columnas.
- ¿Por qué compras tantos periódicos?- me preguntan.
- Porque con ellos soy más feliz, Alegría.
Optimista con límites, mi GPS lector siempre localiza reporteros con libreta y bic azul que trabajan la información con talento, capaces de atrapar hasta la última sílaba del texto con sus arranques atractivos, entradillas imaginativas y remates redondeados. Una formidable orgía de frases precisas, breves y bellas. Las exclusivas que envuelven la conversación de los pescaderos de Atarazanas.
Ese periodismo de segunda velocidad que me ilustró Ignacio Camacho lo leo y admiro en los recortes de periódicos que colecciono con alma de filatélico puntilloso. En los días tristes, esos Nagasakis de sangre y sombras, la lectura en papel se transmuta en luminosos versos de Rafael Pérez Estrada. La culpa es de una atractiva y poderosa prosa periodística siete estrellas. Esos testigos directos, miradores, paliques, prismas.
¿Y ahora qué ocurre? ¿Ya nadie quiere periódicos? No seré yo el último jinete de esta suerte de Apocalipsis Now, esos que arrojan Naplam vietnamita a los quioscos. Profetizan la muerte programada del papel. Incluso ofrecen la fecha exacta: 2043. En 2043, ningún diario a salvo.
Yo seguiré comprando periódicos en 2021 y casi seguro más allá. Y eso que soy la antítesis de un ayatolá anti-tecnológico: escribo para un diario nacional online sin versión impresa. En 1996 ya disfrutaba de Internet en casa y cuenta privada de correo electrónico. Carretería connection, titulé un reportaje en Diario 16 Málaga sobre el negocio internacional de empresas malagueñas gracias a Internet.
Me fascina la Red y la ventaja del hipervínculo, los enlaces que comunican unas informaciones con otras. Utilizo de modo profesional Facebook y Twitter. Escribo un blog desde febrero de 2007, ya con 1.140 entradas/posts. Pero soy incapaz de imaginarme un territorio ajeno a los periódicos y revistas. Sin papel.
El capitán Nazario, Toñi y Ana/Armando jamás se jubilarán. No dejarán de ofrecerme la ciudad, este país, aquel mundo de periodistas que me alumbró Nono en Los Planetas. Esa dosis cotidiana, indispensable, de felicidad de tinta. 362 días de quiosco.
- Nazario, los periódicos.
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Agustín Rivera es periodista de El Confidencial y profesor de Periodismo de la UMA. Blog: www.agustinrivera.com
3 comentarios:
Qué disfrute leérte. No es ningún secreto que el periodismo de raza te corre por las venas. Éste magnífico post lo corrobora. Llegaste en el momento justo. Aquel D-16 de los 90 con sus luchas contra las corrupciones de todo pelaje y su escuela de reporteros. Luego has sabido buscarte las influencias para seguir bebiendo de las fuentes del mejor periodismo.
Contigo siempre van estar motivados tus alumnos
Enhorabuena
Muchas gracias, Luis. Aprendí mucho de ti en Diario 16. También en El Mundo. Y las ganas del mejor periodismo las intento transmitir a los alumnos. Un fuerte abrazo
Pertenezco a vuestra raza y a la misma patria malagueña, aunque hace un cuarto de siglo que me muevo en este laberinto/espejismo de Madrid. Me cuesta imaginar mi vida sin periódicos, sin la columna de Manolo Alcántara, sin la prosa con arabescos de Raúl del Pozo, sin las crónicas de Santiago Segurola... Pero los que vienen detrás se lo imaginan perfectamente, de modo que algún día será el último, aunque no es seguro que nosotros lo veamos. No pienso derramar una lágrima ni una metáfora.
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