De Juan López Cohard ha escrito muy bien Javi Gómez en su Prisma de Málaga Hoy: "El hombre del sombrero panameño". Le han preguntado con tino los periódicos locales. Aquí la entrevista de Antonio J. López en Sur: "La capitalidad cultural no puede ser un asunto de élite".
En la tertulia política de Málaga TV vamos a hablar, dentro de apenas 20 minutos, junto a José María de Loma, Tomás Mayoral y Rafael Fuentes, de López Cohard y su Presidencia de la Fundación Málaga 2016.
¿Por qué renunció Salvador Moreno Peralta? El puesto no es remunerado. Y él sigue capitaneando su estudio de arquitectura. El puesto le obligaba a volcarse al 100%, abandonando, aunque fuese de modo temporal, su profesión. Hubiera sido un grave error de SMP. Se lo pensó bien. Hizo lo mejor. El que metió la pata fue el alcalde, que 'vendió' como hecho, como seguro, un mero ofrecimiento.
¿Se llevará bien con el ex actor Paul Chevillard, el asesor francés contratado por el alcalde? "Él es un hombre de Cultura, yo soy economista, un hombre de empresa", me ha confirmado esta tarde López Cohard, quien abandonó el columnismo (ojalá que de modo provisional, como promete) el pasado domingo. Fue con su columna "Punto y aparte". Ambos marcarán su rumbo. Javier Ferrer, el gerente, ejecutará las ideas. ¿Coincidirán en la misma idea de capitalidad cultural? Chevillard, ya lo aclaró a Cristóbal G. Montilla en El Mundo, no es "ni mago ni doctor milagros".
El primer corte será en julio de este año. Contar con unas excelentes comunicaciones (Málaga las atesora: el AVE, la ampliación del Aeropuerto) resulta vital, decisivo, para salvar ese escollo. Falta lo más importante y difícil: que la sociedad malagueña vea la importancia de un proyecto, cuya letra pequeña, su definición concreta, aún continúa deliberadamente oculta por De la Torre.
martes, 2 de febrero de 2010
Juan López Cohard, un hombre de empresa para la Fundación Málaga 2016
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1 comentario:
Que la sociedad malagueña muestre entusiasmo por la candidatura es tarea difícil. La ciudadanía de Málaga no se siente protagonista en su ciudad. Más aún cuando observa que iniciativas de participación ciudadana que surgen de la propia ciudadanía, como La Casa Invisible, no sólo no reciben apoyo alguno del Ayuntamiento, sino que son tachadas de ilegítimas. Eso es arrojar piedras sobre el propio tejado. Málaga somos todos.
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