viernes, 31 de agosto de 2007
Periódicos de verano
Y Los cuadernos de verano (pronto en libro) de José María de Loma (Arturito ya ha tomado el avión de vuelta) en La Opinión de Málaga. En Sur, la Granizada y el plan ideal de vacaciones. Los relatos de verano de Málaga Hoy (muy bueno el de Eduardo Jordà). Y en El País, Viaje por la Historia (excepcional el del Metro de Nueva York de Elvira Lindo) y la última de Consagrados y Novatos.
¿Quién dijo que los veranos eran tediosos en los periódicos? Para un redactor jefe puede serlo: escasean las noticias duras, las portadillas y los temas "para abrir", pero para los lectores de periódicos el verano es un tiempo ideal, de puro placer de tinta. Que vuelva julio.
miércoles, 29 de agosto de 2007
Viejo Periodismo
-----------------
LOS PLACERES Y LOS DIAS
Viejo Periodismo
FRANCISCO UMBRAL
EL MUNDO; 10-4-1995
Me recuerda Elvira Huelbes que se cumplen 30 años de aquel Nuevo Periodismo norteamericano que abanderó Tom Wolfe con sus trajes blancos y sus zapatos de fantasía anglosajona y colonial. Lo que en Estados Unidos se presentó como nuevo periodismo, era ya en Europa, y mayormente en España, un periodismo muy viejo.
Dentro de la tradición anglosajona de la Prensa, que es una tradición de imparcialidad, objetividad, austeridad sin vedetismos, trabajo de equipo y mentiras en equipo (el aburrimiento haciéndose pasar por solvencia), el llamado Nuevo Periodismo fue una revolución porque reivindicaba el Yo del escritor/periodista frente a esa fachada impávida de gravedad y puritanismo.
La cosa, realmente, había nacido en los libros de Mailer y Capote. En Europa teníamos mucho de eso, pero volvimos a inventar lo que ya había en casa, mimetizando siempre a los Estados Unidos. Baudelaire, Zola, Larra en España, Bonafux, todo el 98, Marcel Proust, Pasolini en Italia, Ortega y Eugenio d'Ors, los prosistas de la Falange, las crónicas de Eugenio Montes y Ruano desde las guerras del mundo, Miquelarena, etc., son un nuevo/viejo periodismo que los yanquis reinventaron sin conocerlo, con la inocencia de eso que Quevedo llamó «la juventud robusta y engañada». Pero, sea como fuere, la Santa Transición y la democracia traen a España un florecimiento del columnismo (por lo menos el nombre que sea americano), fenómeno natural de la libertad de expresión, que siempre comporta la gracia y el perfume de la subjetividad.
Pues bien, he aquí que en menos de los 30 años de la fecha que me da Elvira, unos 20 en este país, nuestro «nuevo periodismo» se queda viejo y cada cual vuelve a sus hábitos y vicios de siempre. Me dice Ymelda Navajo, hablando del tema, que el padre del nuevo periodismo español he sido yo, pero eso es porque me ve con ojos de editora. Y de editora amiga y cordial. Yo creo que antes estaban Eduardo Haro Tecglen, Cándido y Campmany, que me son mayores en edad y dignidad. Pero esto no va de escalillas ni escalafones, sino que, en los grandes diarios, el columnista en punta se mueve ya entre el compromiso empresarial y el político, mientras hay otras firmas que andan languidecientes por cansancio, por desilusión, por edad y porque veinte años no es nada. De entre los buenos, unos escriben desde la decepción y eso que antes se llamaba el desencanto, y me refiero mayormente a la izquierda, que en cambio la derecha -Jiménez Losantos y por ahí- está bravita y vivaracha, que vienen los suyos.
La subjetividad y la insolencia del Yo le dan vida, temblor y gracia al periodismo, sí, viejo o nuevo, sólo que ahora estamos ya en la subjetividad de la autodestrucción y la insolencia triste del que no tiene otro recurso. Unos escriben para que los lea Felipe y otros para que los lea Pujol. Sólo una minoría de la minoría conserva cierta audacia, simpatía, violencia, libertad y sorpresa, pasando de lo que fuera crítica constructiva de la democracia venidera a un mero anarquismo del que sólo se salva el propio columnista (y en este último pecado me incluyo, por supuesto).
Mi maestro y amigo José Saramago y yo hemos firmado por Izquierda Unida, la otra mañana, siempre desde un comunismo entre utópico y melancólico, y mis viejos compis de la izquierda roja se me cachondean a la noche. EL MUNDO es un periódico «de derechas» que ha fomentado mucho las tríadas de izquierdas, los iconoclastas y los iconodulos, y hasta los jóvenes ácratas moderados. Pero, así y todo, la cúpula del columnismo está melancólica en Madrid y Barcelona. Nos miramos un poco macilentos. La gente nos lee mucho, pero sólo por el posible hallazgo literario o costumbrista. Nuestro paso del rebelde al revolucionario ya no interesa a nadie. Menos mal que nos respetan el sueldo.
martes, 28 de agosto de 2007
Días felices con Umbral
Días felices en Argüelles me trajo recuerdos de un tiempo en el que fui feliz: vivía en un barrio mítico, Argüelles, y tomaba la línea 4 del Metro para bajarme en la parada de Alfonso XIII. Cruzaba López de Hoyos hasta llegar a Pradillo y conseguía mi sueño: trabajar en la redacción central de un gran diario nacional, EL MUNDO.
Esta madrugada ha muerto Umbral. Francisco Umbral. Tenía 75 años, como bien precisa el profesor Bernardo Gómez en Ladrón de fuego, una monografía sobre el columnismo de Umbral, cuyo origen es una tesis doctoral sobre el escritor. Vi a Umbral varias veces en la redacción de Pradillo. Llegaba a la sección de Cultura y hablaba con Manu Llorente, el redactor jefe de Cultura. Antonio Lucas, el reportero/poeta con más talento periodístico en 20.000 millas a la redonda, le escuchaba con reverencia. Subía a la cuarta planta, listo para pronunciar un discurso. Yo me colaba en la planta noble del periódico para oír su voz, cómo se quitaba las gafas para leer, se despojaba de la bufanda blanca, su fetiche, y bromeaba sobre la parada de autobús de Quevedo. "¡Quevedo, sólo Quevedo!".
Tuve la suerte de compartir cinco veces página con él. "He publicado en la última, ¡junto a Umbral!", le decía a mis amigos, enfermo de jovial ilusión reportera, refiriéndome a la sección Testigo Directo de EL MUNDO. Sabía que ese día me iban a leer muchísimos lectores sólo porque publicaba un crónica periodística al lado del maestro. Días felices con Umbral.
Ayer, en una pizzería de la avenida Ricardo Soriano de Marbella, Carmen Rigalt me avisaba que Umbral tardaría en regresar a la última de EL MUNDO: "Han aprovechado agosto para cambiarle la medicación y no le va bien", me explicó Rigalt, íntima amiga de Umbral. Pedro J. le había pedido a Rigalt y a Raúl del Pozo que siguieran con sus crónicas y columnas desde Marbella hasta que agosto agonizara.
Otro amigo de Rigalt, Ignacio Camacho, en la clase de Redacción Periodística de la Facultad de Periodismo de Málaga del profesor Teodoro León Gross, hablaba de Umbral. Por aquel entonces (1994) Camacho era subdirector de Diario 16 Andalucía y León Gross le invitó a la Facultad para que hablara del periodismo de opinión. "Umbral es el 'número 1' y el resto de los columnistas somos Umbralitos", glosó Camacho.
De Umbral me fascinaban sus columnas en las que hablaba del periodismo. También las literarias. Y era una maravilla leer sus obituarios y los artículos de sus periodistas y escritores favoritos. Tengo recortadas infinidad de columnas de él. No me leído muchas novelas suyas. Y confieso que todavía no he devorado Mortal y rosa. Tarde lo leeré, pero sé que la recompensa valdrá la pena: me encontraré un texto hermoso. Una joya. A los muertos se les suele decir que descansen en paz, pero yo no quiero que él repose. Aún nos quedan por leer muchas columnas. No descanses, Umbral. Sigue escribiendo.
sábado, 25 de agosto de 2007
Caótica Ana
No he visto toda la filmografía de Medem. Empecé con Los amantes del Círculo Polar, que vi dos veces y me deslumbró. Luego, Lucía y el sexo (la saboreé tres o cuatro veces). Y esta (creo) que es la tercera película que veo de este singular, onírico y original director.
Ana era su hermana, muerta en 2001. Ana es el nombre de su hija. Y Ana, la de ficción, es la absoluta protagonista de la cinta. Empieza de 10 a 0, es decir, divide la película en 10 partes. La Ana ibicenca, la Ana del desierto, la Ana madrileña, que vive en una residencia para creadores y la Ana neoyorkina (con un gran cambio de look).
Caótica Ana también es un pelín caótica como su nombre indica. Y no lo digo por Ana (el personaje que interpreta magistralmente Manuela Vellés), sino por las continuas hinopsis que pueden despistar a los que no están acostumbrados a estas técnicas.
Filmada en digital y con gran maestría en la cámara y en las oportunas y tan diversas localizaciones, Caótica Ana se convertirá muy pronto en una película de culto, en una rareza especial y única que cautiva, asombra y tensiona en un Medem cada vez más ensimismado en sus universos de ficción aunque hable de una realidad tan cercana e íntima como la de su hermana, la caótica, alegre, soñadora y magnética Ana.
jueves, 23 de agosto de 2007
Un 'souvenir' llamado sumario Malaya
Al igual que el tour organizado para turistas para visitar los juzgados, la sede de la Policía Local, el Club Financiero de Jesús Gil o la casa de Mayte Zaldívar, Marbella está parquetematizando el caso Malaya.
Por cierto, en la Wikipedia hay una entrada con toda la información del Caso Malaya. ¿Alguien ve algún error? A vuela pluma parece bastante correcta.
miércoles, 22 de agosto de 2007
AVE Málaga-Madrid: Nochebuena veloz
Era una fecha pendiente de precisar y posiblemente la que los ciudadanos de Málaga (y también los visitantes de la Costa del Sol) esperaban con más impaciencia. Madrid y Málaga en dos horas y media. De Atocha a la estación María Zambrano (o Vialia, como la denomina la gente) en un santiamén.
¿Y si no cumplen la promesa? ¿Y si el 23 de diciembre aún quedan flecos por rematar en la obra? La Nochebuena veloz se puede convertir en Nochebuena feroz para la ministra Magdalena.
lunes, 20 de agosto de 2007
Entrevista en IB3 Radio
El servicio de documentación de IB3 Radio (gracias, compañeros) me envió, vía correo electrónico, la entrevista en formato MP3. Y ahora he conseguido subirla al blog. La clave me la dio esta bitácora. Puedes pinchar en Entrevista en IB3 Radio (en el archivo 64 K) para acceder al diálogo que mantuvimos.
miércoles, 15 de agosto de 2007
'Los otros' éramos nosotros
La semana pasada vi la película que más me ha impactado este verano: La vida de los otros. No quería verla doblada al castellano. De repente, surgió una oportunidad para disfrutar del filme, con muchos meses de retaso, en versión original (alemán) y lo mejor: en pantalla grande. Escribo del -merecidísimo- Oscar a la Mejor Película Extranjera de este año.
Las escuchas telefónicas (coincidencia también con la saga Bourne), el Berlín Este que tengo la suerte de conocer por las coberturas para EL MUNDO de Baleares de la ITB, la feria turística más importante del planeta, y la pasada Berlinale.
Y, ante todo, siempre en invierno, muchas veces nevando, con temperaturas bajo cero, he paseado por las calles del interesante barrio de Mitte y la Linienstrasse donde vive mi gran amigo Michael Gordon... Los díficiles primeros años ochenta con una RDA que se derrumbaba con la Stasi, pero que, textualmente, moría matando: ahora se ha descubierto que tenía auténtica licencia para matar a todo aquel que intentara saltar el Muro (de Berlín).
La (falta de) libertad de prensa, los suicidios, una máquina de escribir con tinta roja camuflada en un piso de escritor que lucha por su Perestroika. Un final muy bueno, sin artificios y muy logrado permite que La vida de los otros sea nuestra vida en las dos horas de metraje. Lástima que Ulrich Muehe, el actor que interpreta al "escuchador" de la Stasi, ya no participará en más películas. Casi murió con los auriculares puestos. Los otros éramos nosotros.
lunes, 13 de agosto de 2007
El contraataque de Unicaja
Medel quería más poder, quizá colocar a Mariano Vergara, ex vicepresidente de Unicaja, al frente del Centro de Arte Contemporáneo (como sugiere Javier Gómez en Málaga Hoy) y que se mostrara visualmente la hegemonía cultural de Unicaja en Málaga.
Pero De la Torre no se engatusó con la oferta Medel. Ahora el alcalde asegura que todo es una "tormenta de verano". Ha sucedido en verano, en la canícula agosteña, pero de tormenta, nada. Será una lluvia pertinaz, constante y contundente que calará y puede que cambie el diseño cultural malagueño.
viernes, 10 de agosto de 2007
Francés gana (por ahora) a Medel
jueves, 9 de agosto de 2007
Nagasaki
---------------------
Fragmento del reportaje (ahora incluyo enlaces) titulado "Ruta atómica", publicado en agosto de 2001, siendo enviado especial de EL MUNDO a Japón.
El viajero abandona Kokura y avanza rumbo a Nagasaki. Como el piloto estadounidense en la mañana del 9 de agosto de 1945... El combustible escaseaba. Las nubes, al igual que en Kokura, el primer destino elegido para lanzar la segunda bomba atómica, dominaban la ciudad. Así resultaba imposible precisar en la diana. Decidió darse la vuelta y volver a la base. Pero el azar le jugó una terrible pasada a la hermosa ciudad de las colinas. De sopetón, se abrió el cielo. El piloto soltó la bomba, Fat Man, arrojada, al igual que en Hiroshima, con un paracaídas.
El objetivo no era otro que los astilleros militares de Mitsubishi, ubicados en la zona portuaria. Sin embargo, por culpa del viento, el demoledor artefacto se desvió centenares de metros y cayó justo en pleno barrio de Matsuyama-machi, el asentamiento cristiano más importante de Nagasaki, destruyendo la iglesia de Urakami, reconstruida luego en 1959.
Es la víspera del aniversario de la bomba y monjes budistas, sintoístas y sacerdotes católicos participan, en una explanada cerca del Museo de la Bomba, en una ceremonia en la que niños y jóvenes portan antorchas y oran por los muertos.
9 de agosto. Diez de la mañana. Los nativos comentan que hay mucho más tráfico del habitual. Los autobuses y tranvías circulan repletos de pasajeros. Y los peatones caminan muy deprisa, con urgencia horaria, hacia el Parque de la Paz, presidido por una imponente estatua de nueve metros de altura. Océanos de lluvia caen sobre la urbe.
Me acompaña a la ceremonia el jesuita Diego Pacheco, director del Museo de los 26 Mártires (cristianos japoneses y extranjeros asesinados en 1587 por orden del shogun Toyotomi Hideyoshi), que lleva 53 años viviendo en Japón –40 de ellos en Nagasaki– quien recuerda que segundas bombas atómicas siempre fueron peores. Pacheco denuncia que Mitsubishi produce ahora en el puerto piezas adaptadas a misiles.
“Este pueblo quiere que no se mire a otro lado, pero la paz viene de la justicia y Japón todavía no ha perdonado por los crímenes cometidos en Asia. Y, además, ellos fueron los que empezaron la guerra, con el ataque a Pearl Harbor”, recuerda Pacheco, que todavía no ha perdido su acento sevillano. Ni en Nagasaki ni en Japón nadie conoce a Pacheco como el padre Pacheco. Al llegar a Japón se rebautizó con el nombre de padre Diego R. Yuuki, como ya me advirtió antes de este viaje a Japón su compañero jesuita Fernando Gutiérrez, de la Misión del Japón en Sevilla, y quizá el más notable experto español en historia del arte japonés.
Tras bajarnos del autobús, Yuuki desfunda súbitamente el paraguas y anda rápido hacia el Parque. Nos tropezamos con un católico de su parroquia que le pregunta a Pacheco (o Yuuki), con la ilusión de la novedad, si soy un nuevo cura joven de la iglesia. Él le comenta que no, que soy un periodista español que viene a escribir un reportaje. El parroquiano nos hace un par de reverencias y se despide de Yuuki con respeto.
La lluvia no sólo no cesa, sino que aumenta sin parar. Sin embargo, la muchedumbre olvida el formidable chaparrón y murmurea sobre la imagen desenfadada que muestra el primer ministro, Junichiro Koizumi (1). Los niños lo señalan y admiran, oh, es él. El ídolo. Las 5.000 personas que recuerdan los muertos de Nagasaki le aplauden como si se tratara del más taquillero actor de Hollywood. Y el padre Yuuki, sorprendido por los aplausos a Koizumi, denuncia, bien irritado: “Se nota que ya han pasado 56 años de la bomba atómica. La gente está más pendiente del político que de recordar a las víctimas. Antes esto era impensable”.
(1) Este reportaje, publicado en el suplemento Crónica de EL MUNDO, fue finalista del Premio de Periodismo Manuel Alcántara.
martes, 7 de agosto de 2007
La revista Time y los antitaurinos de Málaga
Foto: Paul Hanna / Reuters (Fuente: Time)
No soy amante de los toros, pero tampoco un encarnizado detractor. He estado tres veces en una plaza. Las tres en La Malagueta. Vi triunfar a Curro Romero. Me gustó el ambiente, el factor humano, pero detesté la sangre y el sufrimiento del animal.
Como periodista no me interesa nada la vida íntima de los toreros que exhibe sin pudor la prensa cardiaca española. En cambio, me seduce la miseria y la gloria del toreo. Y la intrahistoria de un "arte" o una "carnicería", según lo entienda cada bando.
El prestigioso semanario Time, una de las Biblias del periodismo estadounidense, acaba de publicar una historia, firmada por Enrique Zaldúa, sobre la manifestación antitaurina del próximo sábado en Málaga, coincidiendo con la Feria.
El artículo comienza así: "Malaga, en la Costa del Sol, en la romántica Andalucía, el hogar de Antonio Banderas y la capital de una de más sofisticadas áreas de descanso de España, es también una ciudad donde las corridas de toros son sagradas". Organiza la concentración antitaurina la asociación CACMA (Colectivo Andaluz contra el maltrato al animal) que preside Antonio Vicente Moreno Abolafio.
Esperan convocar a 3.000 personas y ya han tenido su primer éxito: que Time se fije en ellos, publique una página con sus reivindicaciones y que medio planeta ponga en el mapa a su colectivo. La polémica apenas acaba de empezar...
lunes, 6 de agosto de 2007
Hiroshima: 62 años
"Shizuko Numata se desplaza en silla de ruedas. Una estantería le cayó encima y los médicos no tuvieron más remedio que sacrificarle la pierna izquierda. Numata tenía por aquel entonces 21 años, trabajaba de secretaria en la tercera planta de un centro de comunicaciones militar y estaba radiante de ilusión. Se iba a casar apenas tres días después con un marino japonés que servía para el ejército imperial destacado en el Pacífico, muerto ya hacía un mes, aunque ella no lo supo hasta varias semanas más tarde.
A pesar de la tragedia personal, se puede considerar una mujer afortunada. Volvió a nacer en esa mañana calurosa de hace 56 años. Y ayer volvió a recrear paso a paso, minuto a minuto, el 6 de agosto de 1945 cuando a las 8.15 de la mañana su ciudad se convirtió en el peor infierno jamás visto, en un cementerio de cuerpos calcinados, destrucción masiva, con una temperatura que alcanzó los 7.000 grados centígrados, por el efecto de los 15.000 toneladas de TNT lanzadas por el “Enola Gay” estadounidense.
'Al igual que en un atardecer, el color del cielo era tan luminoso, tan bonito... Era una mezcla de rojo, azul, naranja y verde... No podía imaginar que esa luz se tratara en realidad de la bomba atómica', relata Numata a EL MUNDO, refugiada en la sombra de uno de los árboles del Parque de la Paz de Hiroshima".
domingo, 5 de agosto de 2007
Horrigueresco
Vargas Llosa y Marbella
Vargas Llosa: "Marbella tiene que salvar lo mucho que queda por destruir"
AGUSTÍN RIVERA
MARBELLA.-La Marbella cultural quiere enterrar el síndrome posMalaya. Y qué mejor homenaje que una charla con uno de los novelistas vivos más prestigiosos. El hotel El Fuerte (50 años de vida) se empieza a llenar de gente. Al fondo de la puerta, aparece un hombre muy delgado, con casi cinco kilos menos que a finales de abril, cuando le concedieron el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Málaga. Mario Vargas Llosa. Se le nota su paso por la clínica Buchinger. Estricto ayuno de tres semanas: sólo toma agua. MVLL va a presentar el libro de otro peruano, arquitecto, su íntimo amigo Alfredo Montagne. Organiza el Ateneo de Marbella.
Vargas Llosa diseccionó la arquitectura de su compatriota, alejada de la exhibición, la espectacularidad y la pretensión, tres elementos de la arquitectura contemporánea que el escritor aborrece especialmente. Montagne es autor de la rehabilitación de interior de la casa de Vargas Llosa en Madrid, en la Plaza de las Descalzas.
MVLL le pidió –casi exigió– que los personajes de la casa fueran los libros y no las personas. Y lo logró: “Mis libros, Patricia –su mujer– y yo estamos en igualdad de condiciones”. “Su querencia por la elegancia y el buen gusto no están reñidas con la audacia y la temeridad”. Así definió Vargas Llosa la arquitectura Montagne.
Marbella, su arquitectura y su futuro saltaron como un resorte en el coloquio. MVLL fue realista: “Es absurdo pensar en una Marbella de cabañitas y bungalows. Eso ya es pasado y no tiene ningún sentido lamentarse a estas alturas de la historia”.
Vargas Llosa ofreció un mensaje inequívoco: “Marbella tiene que salvar lo mucho que queda por destruir. Lo que se puede salvar hay que salvarlo”. El autor de La casa verde tildó como “bazas extraordinarias para el futuro de la ciudad” su “clima excepcional, no sólo en España, sino en Europa”, la “vegetación” y la “fidelidad” a Marbella, un imán que atrae a la gente que ha sido feliz, ha encontrado aquí su sitio y por eso vuelve”. En alusión burlona al estilo Churrigueresco, Montagne calificó de “horrigueresca” la arquitectura de Marbella de la era GIL. Y resultó optimista: “La solución está en manos de los políticos”.
Tras la charla, el arquitecto y el escritor se dirigieron al restaurante Santiago. ¿Celebrarían el fin del ayuno?
viernes, 3 de agosto de 2007
Peñón del Cuervo
Viaje dentro de la propia ciudad. Paisajes apenas frecuentados. Escenarios pérdidos en la retina de la memoria aparecen al principio de este verano malagueño. Aparco el coche pasado el Club Náutico El Candado. Veo varios bancos de madera que parece recién sacados de la película Una proposición indecente, aquella de Paul Newman y Demi Moore (Give me more). Yendo por el camino, dirección Este, los ciclistas sortean a los que corren, solos o en pareja, con vistas al mar.
Al fondo se divisa la imagen del Peñón del Cuervo, referente lírico de Rafael Pérez Estrada y de tantos poetas del ayer cada vez más necesario. Hay varios playeros que leen libros en la misma orilla y pescadores cazando con su caña. Un reloj de arena, de 2002, preside la playa que tiene 2.250 metros de longitud y 50 metros de anchura, según reza una señal.
La neblina oculta la imagen de la ciudad. Ni rastro de La Malagueta, la Farola o la Catedral. Tan sólo se adivinan las cuatro grúas de colorines (azul y rojo) que han cambiado la perspectiva del Puerto, al fin, ya en obras. En el Peñón del Cuervo todavía parecen oírse los sonidos de Bryan Ferry o Joe Cocker en los conciertos de Terral 2007. Aún no han retirado las vallas metálicas.
"En recuerdo de la ayuda que el pueblo de Canadá de la mano de Norman Bethune a los malagueños que huían en febrero de 1937". Es el recuerdo que figura en el Paseo de los Canadienses, que comunica el Peñón del Cuervo con la Araña. En la entrada del túnel figura esta pintada: "Fugitivos ayer y hoy hacia la libertad. Contra el fascismo".
En este mismo escenario, en diciembre de 2005, Antonio Banderas intentó rodar una secuencia de El Camino de los Ingleses en la que Moratalla y Babibura, con su Mobylette roja, cruzan el paseo e increpan a los bañistas. Stella del Carmen estaba entre las figurantes. La secuencia finalmente no se pudo grabar. El día no era esplendoroso y había que dar imagen de verano. La Mobylette también falló.
Fábrica de la Araña. Fábrica de Cemento. Cementos Goliat. Financiera y Minera. Distintas denominaciones para la fábrica que señala el fin de la ciudad, el de la carretera de Almería, donde empezó la Desbandá. Hay casas semiabandonadas en la calle Escritor Alarcón Bonel. Me encuentro con el Harley Davidson Málaga Club y un chill-out, el Sens Beach, El mar de los sentidos, con hamacas blancas, donde bronceadas ninfas de cintura de avispa buscan tomarse una copa tranquila mientras el sol sigue agonizando.
La chimenea de la fábrica de cemento se ha convertido, casi sin quererlo, en uno de los hitos arquitectónicos de la ciudad. Se divisa desde Guadalmar. La otra punta de Málaga. La chimenea (114 metros, el techo de la capital) que parece un Mecano, como el del parisino Museo Pompidou. Gris acero, amarillo y azul. Y hay ruido, el de la carretera y el de la fábrica, donde trabajan un enjambre de obreros chinos.
Continúa el ocaso. Y la niebla. Las gaviotas no aparecen por el Peñón del Cuervo. Tampoco los cuervos. Cumplo la visita y prometo no perderme este verano otra puesta de sol desde la parte más oriental de la ciudad.
miércoles, 1 de agosto de 2007
¿Alfredo Viñas fuera de ARCO?
Viñas, que inauguró su espacio expositivo en 1993, expone en ARCO desde 2001 y es el único galerista malagueño en la cita artística. En ARCO ha contado con obras de artistas como Chema Cobo (que en la edición de 2007 ha presentado Sitio, una pintura de gran formato), Lluís Lleó o Chema Lumbreras.